“Es hora de que el Perú cuente con una Política
Nacional Alimentaria que proteja la economía de los consumidores”
Después de la sequía sufrida en Estados Unidos, la
crisis de sus cultivos viene aumentando la cotización del maíz, el trigo y la
soya, produciendo una amenaza para la alimentación mundial. Según la
Organización para la Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas (FAO),
el índice de precios, de estos cereales y granos, subió 30 % entre junio y
julio de este año y los alimentos en general tuvieron un alza de 6% el último
mes. Esto, a pesar de la distancia, ya se ha visto reflejado con gran celeridad
en nuestro país, debido a que el encarecimiento de los granos que es el
argumento perfecto para que los proveedores empiecen a elevar los precios de la
harina, pan, aceite, entre otros alimentos de primera necesidad, además de la
carne de cerdo y pollo.
Al respecto, Crisólogo Cáceres, Presidente de la
Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC), señaló que,
bien podríamos dejar de importar tales alimentos si contáramos con
una Política Nacional Alimentaria que, por un lado, promoviera el cultivo de
nuestras plantas originarias -de valor nutricional muy superior al de los
alimentos que importamos- y, por otro lado, difundiera entre los consumidores
las ventajas de la ingesta de tales alimentos. “Lamentablemente, el Perú
continúa importando alimentos como el trigo, maíz y soya del extranjero –y
dependiendo de las fluctuaciones de los precios internacionales de tales
productos- a pesar de que nuestro país es centro de origen de diversas especies
como la papa, oca, olluco o mashua, entre muchas otras de bajo costo y gran
valor nutricional. Por otro lado, es bien sabido que casi todo el trigo, maíz y
soya que se comercializan en el mundo son transgénicos y los consumidores
peruanos estamos expuestos a seguir consumiendo este tipo de alimentos
cuestionados”, explicó.
En opinión del funcionario
existen dos tipos de medidas que puede adoptar de inmediato el Poder Ejecutivo.
Las primeras en el plano normativo, aprobando de una vez los reglamentos tanto
de la Ley N° 29811, que establece la moratoria por diez años para el ingreso de
semillas transgénicas al país; así como el reglamento del art. 37° del Código
de Protección y Defensa del Consumidor que dispone el etiquetado de alimentos
envasados que contienen componentes transgénicos. Las segundas medidas están
referidas a promover el acceso a la información de los consumidores por cuanto
tenemos el derecho de conocer qué alimentos subieron y cuáles bajaron de precio
para poder adecuarnos y adquirir los más económicos. Para el efecto, y previa
coordinación con los municipios, se deben instalar en las puertas de todos los
mercados de abasto, carteles que informen los alimentos que subieron de precio
y también los que bajaron de precio. De esta manera, tal como sucede en otros
países, el consumidor contará con las herramientas adecuadas para tomar una
mejor decisión de compra y cautelar su economía.
En el mismo sentido, Cáceres señaló que el Estado
debería actuar no pensando en el día de hoy sino proyectándose hacia el mañana,
por lo menos para una década.”El Ministerio de Agricultura es el llamado a
liderar el proceso y trazar un plan de acción para los próximos diez años
incluyéndolo, de ser posible, en el Acuerdo Nacional. Los pequeños y medianos
agricultores y los consumidores estaríamos dispuestos a apoyar ese tipo de
iniciativa”, sentenció.